Tomamos como punto de partida las “Ciencias de la Complejidad”, como modelo de análisis, entendiendo que se vienen produciendo rupturas epistemológicas respecto a la forma en que concebimos el mundo, al modo en que construimos conocimiento acerca del mundo y especialmente como nos miramos. En concordancia con el modelo de la complejidad, nos interesa atravesar los binarismos y las posiciones dualistas bueno-malo, causa-consecuencia, justo-injusto, para pensar en clave de multideterminación e indeterminación, continuidades-discontinuidades y considerar los deseos, sufrimientos y las subjetividades que se entraman en torno a los procesos familiares en la actualidad.

El campo de lo familiar y las familias en las últimas décadas han atravesado nuevas dinámicas, procesos y modos de resolución de los conflictos. La clínica psicoterapéutica enfrenta en este campo y en este contexto la necesidad de repensar sus prácticas, de manera que la respuesta asistencial sea acorde a la demanda y a las necesidades actuales de las familias. Ahora bien, la impronta epocal, entre sus características centrales, refleja una problematización de las conflictivas que con suma frecuencia busca dirimirse en el ámbito judicial, generando un entrecruzamiento entre abordajes clínicos y jurídicos, lo que conlleva nuevos interrogantes, tensiones y desafíos para quienes operan en uno y otro ámbito.

La tarea en el campo de lo vincular, en cuanto a promover salud y generar herramientas para el fortalecimiento de las familias, requiere del conocimiento de nuevos paradigmas y modelos, de nuevas construcciones en roles y dinámicas, pero también de nuevos modos de asumir responsabilidades y ejercer derechos y de la actualización profesional constante.